En el escenario de la educación, tres actores principales comparten un rol fundamental en el desarrollo integral del menor: el centro educativo, el docente y la familia. Estos entornos, aunque distintos, confluyen en el objetivo primordial de formar a los futuros ciudadanos, dotándolos de las herramientas y el conocimiento necesario para desenvolverse con éxito en la vida.
Es por ello que la coordinación entre ellos se convierte en una pieza clave para optimizar el proceso educativo, creando un ecosistema de aprendizaje sólido y enriquecedor. Diversos estudios avalan esta afirmación, remarcando la importancia de esta alianza:
Estudio del Ministerio de Educación y Formación Profesional (2022)
- Título: «Informe 2022: El estado de la educación en España»
- Hallazgos: El estudio revela que las familias que se sienten partícipes del proceso educativo de sus hijos muestran una mayor satisfacción con el sistema educativo en general. Entre los aspectos que más valoran las familias se encuentra la comunicación fluida con el centro educativo, la posibilidad de participar en la toma de decisiones y el apoyo recibido para ayudar a sus hijos en su aprendizaje.
Análisis del Banco Mundial (2019)
- Título: «El aprendizaje temprano: ¿Qué sabemos?»
- Hallazgos: El análisis indica que los programas que involucran activamente a las familias en la vida escolar de sus hijos generan un impacto positivo en su rendimiento académico y bienestar socioemocional. Los programas exitosos se caracterizan por establecer una comunicación bidireccional fluida entre la escuela y el hogar, brindar a las familias oportunidades para participar en el aprendizaje de sus hijos y ofrecer recursos y apoyo para que los padres puedan desempeñar un papel activo en la educación de sus hijos.
Recomendaciones para fortalecer la coordinación
Para lograr que cada menor consiga alcanzar su máximo potencial, centros educativos, educadores y familias deben contribuir activamente. Los expertos de Dide.org, docentes, neuropediatras y psicólogos proponen las siguientes recomendaciones en beneficio de nuestros menores.
Responsables de centros educativos
- Fomentar canales de comunicación bidireccionales: Además de las plataformas digitales, reuniones presenciales y canales telefónicos, se pueden explorar otras vías como redes sociales, aplicaciones móviles o buzones de sugerencias. Es importante garantizar que la información sea accesible para todas las familias, independientemente de su nivel socioeconómico o cultural.
- Promover la participación de las familias: Implementar programas específicos de participación familiar, como talleres para padres, tutorías entre pares o programas de voluntariado. También se pueden organizar eventos sociales para fortalecer la comunidad escolar y fomentar la interacción entre familias y educadores.
- Generar sinergias con la comunidad: Colaborar con organizaciones locales, bibliotecas, centros culturales y otras entidades para ofrecer actividades conjuntas que enriquezcan la experiencia educativa de los estudiantes.
Educadores:
- Establecer contacto con las familias desde el inicio: Enviar una carta de bienvenida al inicio del curso, realizar una reunión inicial con cada familia o crear un video de presentación donde el docente se presente y comparta información sobre su estilo de enseñanza y expectativas para el año.
- Mantener una comunicación fluida y transparente: Utilizar diversos canales de comunicación para mantener informadas a las familias, como libretas de notas, correos electrónicos, llamadas telefónicas o plataformas digitales. Es importante ser proactivo en la comunicación y no solo esperar a tener noticias negativas para compartir.
- Brindar oportunidades para el feedback: Implementar encuestas de satisfacción, organizar reuniones grupales o individuales con las familias para recopilar sus opiniones y sugerencias. Es importante mostrar una actitud abierta y receptiva ante las opiniones de las familias.
Familias:
- Mostrar interés activo en la educación de sus hijos: Además de preguntar sobre su día a día escolar, revisar sus tareas y trabajos, y asistir a reuniones y eventos, las familias deben participar activamente en el aula como voluntarios, ayudar con la organización de actividades extracurriculares o apoyar en la implementación de proyectos de aprendizaje.
- Comunicarse con los educadores de manera regular: No solo esperar a recibir comunicaciones del centro educativo, sino también tomar la iniciativa para contactar a los educadores y expresar cualquier inquietud o pregunta que se tenga sobre el progreso del estudiante.
- Participar activamente en la vida escolar: Asistir a las reuniones de padres, participar en los consejos escolares, colaborar en la organización de eventos o actividades escolares, y ser parte de las asociaciones de padres de familia son algunas de las formas en que las familias pueden participar activamente en la vida escolar de sus hijos.
En definitiva, la coordinación entre centro educativo, educador y familia es un pilar fundamental para el éxito educativo del menor. Al trabajar juntos, contribuyen en la preparación de los estudiantes para afrontar los retos del futuro. Es momento de unir fuerzas, compartir responsabilidades y construir una alianza imbatible en pos de la educación integral de nuestros niños y niñas.
Te animamos a escuchar a nuestra Doctora en Psicología, Nuria Ros, en La Tarde con Marina para ampliar la información sobre este tema. En Dide.org somos expertos en detectar potencialidades y dificultades educativas, emocionales y comportamentales de forma temprana para poder intervenir. Puedes acceder a la herramienta de diagnóstico en este enlace.